Querido Diego:
Es enero, lo que significa que es verano en mi hemisferio, lo que a su vez se traduce a que la estoy pasando, casi invariablemente, mal. Bueno, no quiero ser tan dramática, solo estoy un poco golpeada por el calor, y me duele un ojo.
Pero esta noche de verano es diferente, porque esta noche voy a inagurar un blog. Nuestro blog. Nuestro propio espacio en la blogósfera (¿se sigue usando esa palabra, siquiera?) Y, ¡amo el nombre! No solo porque el amarillo sea uno de mis colores favoritos, como a esta altura lo debes saber muy bien. Es esa otra palabra la que me encantó.
Letras.
Voy a contarte un secreto.
Las letras me han salvado la vida.
Los primeros libros "dificiles" (novelas) cayeron en mis manos a mis ocho años. Desde entonces los libros son mi propia ventana a otros mundos, otras personas, otras realidades. Hoy diría que son mi propia T.A.R.D.I.S. Pero no solo han hecho eso por mí, me dieron los fundamentos y principios que nadie más me daba. Y me daban un suelo en el que pararme cuando todo lo demás era un caos.
Y luego de hacerme una lectora empedernida, comencé, tímidamente, a escribir. Quería (quise, quiero) que universos enteros estuvieran firmados con mi nombre.
Me fui por las ramas. En mi cabeza, todo lo anterior tiene sentido. Espero le hayas encontrado alguno vos también. Siempre le hablo a las personas que quiero sobre las palabras y las letras y lo que éstas significan para mí. Porque te quiero, ¿lo sabés,no? Y aunque lo sepas te lo voy a seguir diciendo, hasta donde me lo permitas, con mi acento rioplatense que parece gustarte tanto.
Con esta carta inaguro nuestro blog, deseando que el número de entradas crezca como la espuma (siempre quise usar esa expresión y no sabía cómo. O dónde)
Te leo, espero, pronto.
Ayelén~
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